Lo más importante a destacar de este término, se pretende remarcar la respuesta educativa que requiere el alumno, y no tanto en sus limitaciones personales.
La educación ha de ser individual y cada alumno es único, por tanto puede decirse que todos los alumnos tienen de algún modo necesidades educativas especiales (que no tienen porque ser permanentes, si no muy localizadas en una época de su desarrollo). Esto es algo que para los maestros no es en realidad una novedad, porque en el día a día se hacen 1001 adaptaciones no significativas (gracias al conocimiento del maestro calibrará con justa medida las diferentes capacidades de cada uno de los alumnos).
La decisión de si un niño tiene necesidades educativas especiales o no, se toma a partir de la evaluación que realiza el equipo multidisciplinar del centro o el servicio de orientación del centro.
Una vez evaluado el alumno, y en caso de que se considere que el alumno tiene Necesidades Educativas Especiales deben aportarse las recomendaciones precisas sobre el tipo de escolaridad que más beneficiará al niño.
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