sábado, 19 de diciembre de 2009

Reflexiones con mi maestro de andar por casa

El fin del trimestre
Llega el fin de trimestre, y con el las evaluaciones. Es momento de revisar como ha ido cada uno y ... por desgracia a veces la conclusión a la que se llega es que el cole es el último de los problemas de muchos de los alumnos.

Cada niño deja de ser alumno y pasa convertirse en en un caso de servicios sociales, familias desestructuradas, problemas económicos serios, paro... y aunque los maestros estén comprometidos con las situaciones de forma individualizada, y luchen (a veces sin mas recursos que sus ganas de hacerlo mejor) llego a la conclusión de que se encuentran en una posición desesperada.

Caso: niña de procedencia subsahariana, sus padres están en plena separación. La madre se ha quedado viviendo en un piso compartido con ella y sin trabajo. A esto se suma que en plena guerra de separación están haciendo de la niña un trofeo con el que hacerse daño. Sus maestros asisten al declive de su rendimiento escolar, y el empeoramiento manifiesto en su comportamiento. La niña cuenta con buenas aptitudes para el aprendizaje, pero ni quiere crecer, ni sabe relacionarse con compañeros, el colegio no tiene ningún interés para ella, solo quiere jugar y estar con sus padres.
Hay una gran labor hecha desde el claustro y desde los equipos de apoyo, sin enbargo los resultados...

Para realizar acciones de verdadera inclusión considero que además de tener en cuenta todas estas variables no estaría de más un apoyo especializado a nivel familiar. ¿Deberían los maestros concertar una visita conjunta de ambos padres para informarles de la importancia del clima familiar en el desarrollo de su hija? ¿es extralimitarse por ser una funcion de los servicios sociales?. A la hora de trabajar en clase, ¿Cómo podemos hacer adaptaciones para esta niña?

Ahí es donde creo que está el verdadero trabajo de los que seremos maestros mañana, y uno de los handicaps mayores de la inclusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario